
Si se trata de marcas superficiales en el mueble, bastará con frotar un paño de lana sobre las mismas y luego utilizar un secador de pelo para hacerlas desaparecer de forma definitiva.
Pero, si el procedimiento mencionado en el párrafo anterior no logra hacer desaparecer las manchas de los muebles, otra opción es tomar un corcho embebido en aceite de linaza y pasarlo sobre cada una de ellas.
Ahora, si la marca se ha incrustado en el mueble, es recomendable la aplicación de una pasta compuesta por ceniza y aceite de oliva; dejarla actuar durante unos minutos y luego devolverle el brillo al mueble pasando un trapo de lana.
Finalmente, si luego de intentar limpiar el mueble con alguna de las alternativas mencionadas anteriormente aún se aprecia una manchar blanquecina, puedes aplicar esencia de trementina, un producto reparador que respete el color del mueble y culminar el proceso encerándolo y frotándolo con un trapo para que recobre el brillo.