
Más allá de eso, no se debe olvidar que se trata de una habitación y el objetivo principal es lograr un buen descanso y momentos de relajación. Para ello se debe combinar de manera adecuada el confort y la fantasía.
Una habitación alegre tiene punto de partida en las paredes, dejando de lado la utilización de pinturas para pasar a los empapelados con motivos infantiles. Se debe utilizar papel vinílico y pinturas acrílicas para dotar a las paredes de mayor protección.
El segundo paso es encargarse del piso, donde hay que prever que el bebé comenzará a gatear y dar sus primeros pasos rápidamente y es necesario que lo haga en un espacio que no le produzca ningún tipo de daño. Para ello se recomienda la utilización de parques o laminados que no sólo representan una excelente decoración sino que también poseen muy buena aislación. También se podrían utilizar alfombras pero esto implicaría tener mucho cuidado con la acumulación de polvo.
Para iluminar el dormitorio del bebé lo más recomendable es utilizar una lámpara en el techo y contar con una de mesa con una luz muy tenue (no más de 20 watts) para generar el ambiente ideal para el descanso.