
Como primera media, antes de pintar la piscina, deberás retirar toda el agua que se haya acumulado mientras no era utilizada. Posteriormente, valiéndote de una mezcla de lavandina y agua, asegúrate de limpiar toda la superficie de la piscina; otra opción es comprar alguno de los productos que están disponibles en el mercado y que permiten eliminar los microorganismos que se depositan en las paredes.
Con la piscina limpia, llega el tiempo de verificar el estado del revestimiento, tapando cualquier tipo de hendidura o grieta que se haya producido en las juntas o en el revoque. También es recomendable retirar todas las zonas que se encuentran flojas, aplicando luego algún producto para rellenar el agujero y lijar para conseguir que la superficie vuelva a estar pareja.
A menos que exista mucho rocío, bastará con esperar 48 horas antes de comenzar a pintar la piscina, cantidad de tiempo similar se deberá aguardar para que seque de manera adecuada la pintura. Ésta deberá ser aplicada con pincel o con soplete, en ambos casos se pueden utilizar diluyentes especialmente diseñados para piletas de natación.