Las alfombras son, sin duda alguna, un excelente elemento de decoración pero también representan un arma de doble filo porque mantenerlas limpias muchas veces se convierte en una misión imposible.Dependiendo del tipo de alfombra que estés utilizando en tu hogar y del área de la casa donde la tengas ubicada, será mayor o menor la cantidad de veces que deberás aspirarla pero, cabe destacar, que aunque no se trate de un sector de “mucho tránsito” de todas maneras se irá acumulando material que tarde o temprano resulta dañino para la salud.
Pero qué ocurre cuando la alfombra se moja. Existen actualmente en el mercado diversos productos que ayudan con el proceso de absorción de líquidos pero su nivel de utilidad es bajo si se trata de una cantidad importante. Lo mejor en estos casos es retirar la alfombra, puedes hacerlo tú o llamar a un profesional (que es lo más recomendable), y luego proceder a la limpieza correspondiente que hasta puede implicar la utilización de desinfectantes y vapor, dependiendo del tipo de líquido que haya caído sobre ella.
Si sólo se trata de agua, bastará con exponerla al aire libre (no directamente al sol para que no pierda color) hasta que se seque. En ambos casos es posible rescatar las alfombras siempre y cuando el daño no haya sido muy grande pero, lo más importante, es evitar que la alfombra mojada comience a extender la presencia de moho por el resto de la casa.